domingo, 19 de septiembre de 2010
Un café. Doble. Cargado.
Ovejas, ovejas y más ovejas, en los pastos, en las montañas, en los arroyos estrechos de Jerusalén, ovejas por doquier, oh, esos animales peludos, feos y más tontos que barrer la playa, los imagino dando saltitos, chocándose contra vallas, pero no, esos animales feos, peludos y tontos NO CONSIGUEN QUE ME DUERMA. ¡Reina de todas las religiones del culto de los durmientes, oh Valium, yo te invoco!
Tic tac tic tac.
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