There he goes. One of God's own prototypes. A high-powered mutant of some kind never even considered for mass production. Too weird to live, and too rare to die.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Duat

Y si hacemos que el mundo arda, nunca tendremos frío...

viernes, 29 de octubre de 2010

No when. No want. No worries


"Hoy me he despertado preguntándome a mí mismo qué coño hago con mi vida. En el sentido literal de la palabra. Aunque hablando de literalidades y de ser puntilloso, no me he despertado, no he dormido, y como es usual, mientras observo lo fascinante que es el techo, me hago preguntas. Eso, que qué coño hago con mi vida. ¿Estaré aún vivo a los 30? A saber, me he dicho, y ese pensamiento me ha hecho sonreír. ¿Por qué? Abro mi local a diario, a las 9 de la mañana, y a base de cafeína y observación, indago en las vidas que me rodean, en todos esos prototipos del mismo pan de molde con sus ajetreadas vidas, sus estresantes trabajos y sus crisis temporales. Y yo sonrío, porque soy un maestro zen; sonrío porque soy el anti-héroe que salvaría a la humanidad si no le diese pereza; sonrío porque no soy nada en absoluto.

Miro por la ventana. Hermosa mañana."

jueves, 7 de octubre de 2010

We're all mad here. I'm mad. You're mad.


Shit goddamn, I have fucking 4 hours of sleep left. Fuck off.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Maelstrom


“Deambulo, por el camino tibio de la muerte, con el reflejo de mi ausencia sujeto en mi mano, y en mis labios, la marca de un beso de sabor a medianoche que surca la pendiente de mi alma, en busca de sus restos.”

jueves, 23 de septiembre de 2010

I said well

Cállate la boca y bésame. Me interesa una puta basura lo que sea que tengas que decirme.

Me just happy robot


Segunda parte de mis excentricidades oscuras que no vienen a cuento pero cuelgo de todos modos porque me sale de la clesca y blablabla; pastando que es gerundio ._.

---

Palabras que llegan a mis oídos, armadas con punzantes puñales al rojo vivo, que jamás podrán herirme. Habla, sombra infame, y después, continua hablando. No existe tu rostro, no existe nada de ti que pueda llegar a mí. Ni siquiera te miro, ni deseo hacerlo. Desaparece, esfúmate como una vulgar polvareda, tendréis la misma falta de importancia para mí. Y yo, que miro los lirios sin poder dejar de mirarlos. Yo, yo, yo, ¿qué ocurre conmigo? Estoy solo, ¿por qué? ¿Qué me falta? He perdido algo que desconozco y a mi alrededor, la Nada.

Solo sombras.
La sombra infame termina de hablar.

Vil niño.
Insolente.
Indigno.
Patético.
Amargado.
Corazón pútrido.
Repulsivo.

Mundo, os presento al Hombre Solitario.
Hombre Solitario, este es el Mundo, en el cual los ángeles vengadores juzgarán tus acciones.

Me río. No recuerdo haberlo hecho alguna vez. Pero me río, sin poder evitarlo. Suena escalofriante.

No puedes juzgarme, no aunque ese sea el más oscuro deseo oculto entre tus putrefactas entrañas. Nadie puede. Ni tú, y menos tu Dios. Ninguno sois nada, solo la mierda que se niega a morir. Aquí y ahora, la sombra infame se cree con poder de juzgarme a mí y a mis acciones. La Voz ha podido despertar mis demonios, pero a partir de eso, sus palabras son en vano, no cobran sentido en mi cabeza. No me importa lo que diga, no me importa en absoluto.

Han cesado las Campanas.

Desaparece, pero yo no me muevo. No sé ordenar a mis piernas que caminen, no sé ordenar a mis ojos que miren a otro lado. Perdido en mi propia mente, ya ni siquiera recuerdo quién soy, ni porqué siento una obsesión enfermiza que desconozco pero me carcome. No sé nada, no reconozco nada.

Salvo estos lirios blancos, ante los cuales no me acuerdo de dejar de mirarlos.

Los toco, y mis ojos miran primero la mano, y después la flor. Siento cosas que desconozco, y algo en mí querría enfadarse, pero no puede. Querría saber porqué todo son sombras, menos ella. Lirio, contéstame.

Y de repente, una voz infernal, entonando el Cántico de la Muerte.

¿Muerte, de verdad eres tú? ¿Has venido a por mí? ¿Ha llegado el día del cuál renegué y que siempre he deseado? Yo, la Existencia Olvidada, lo acepto. Acepto caminar mirando al frente, hasta el fin de mi camino. El Cántico cesa, y la Muerte desaparece. Mi corredor de la muerte particular me espera a mi derecha, pero no será Luz lo que haya al final. Simplemente, Nada.

Cojo un único lirio entre mis manos.

-¿Eres tú mi razón para morir?-

Mi pregunta jamás obtendrá respuesta, pero ya nada importa. El Descanso me espera. Mis primeros pasos a lo largo del corredor de la muerte comienzan. Mi mano abraza en lirio.

-Así sea.

Y ahora, mientras camino hacia mi fin con la frente alta y sin ningún tipo de dudas ni remordimientos, me veo entonando el Cántico yo mismo, y mi propia voz suena como sacada del mismo Infierno.
Camino en la oscuridad en busca de la nada, y a mi alrededor, trascurre el Tiempo, sin afectarme.

Camino, camino, sin llegar nunca a ninguna parte, y huyo, de las sombras, de la Luz. Quizás soy un Monstruo sin saberlo, pues algo en mí me impulsa a no ser visto, por nada ni nadie. O quizás solo sea el Cáncer encarcelado. Moriré sin saberlo, pero seamos sinceros; con morir me basta.
A veces, mientras me escondo de la Luz, el Cántico atrae sombras. Vienen a mí, vienen a por la Muerte, que yace en mi mano desnuda, y entonces, mi Lirio se tiñe de escarlata, indicando a las sombras su fin del camino. Uno distinto al mío. Mi fin es solo mío.

Siempre creo llegar, pero jamás lo hago. Busco un punto negro en la penumbra pero no sé hallarlo. He aquí el humor macabro de la Muerte.

¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo sé. El Fin sigue sin llegar, y a veces creo que la Luz me llama. Alguien me llama, en alguna parte, pero nunca llego a oírlo del todo. Hasta que hallo un desvío en mi corredor de la muerte, y mis piernas deciden dirigirse hacia él. No sé a dónde conduce, pero creo que quiero saberlo.

Nada.
Nada.
Más Nada.

Y en un momento, de repente, Luz. Sin sombras. Solo Luz.
Doy un paso hacia ella. Otro. Otro. Otro.

Y recibo mi golpe. El Lirio cae. Y yo vuelo, para rozar el Inframundo con los dedos, y volver a caer.
Mundo, este es el Hombre Solitario, y te dice adiós.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un café. Doble. Cargado.


Ovejas, ovejas y más ovejas, en los pastos, en las montañas, en los arroyos estrechos de Jerusalén, ovejas por doquier, oh, esos animales peludos, feos y más tontos que barrer la playa, los imagino dando saltitos, chocándose contra vallas, pero no, esos animales feos, peludos y tontos NO CONSIGUEN QUE ME DUERMA. ¡Reina de todas las religiones del culto de los durmientes, oh Valium, yo te invoco!

Tic tac tic tac.