There he goes. One of God's own prototypes. A high-powered mutant of some kind never even considered for mass production. Too weird to live, and too rare to die.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Duat

Y si hacemos que el mundo arda, nunca tendremos frío...

viernes, 29 de octubre de 2010

No when. No want. No worries


"Hoy me he despertado preguntándome a mí mismo qué coño hago con mi vida. En el sentido literal de la palabra. Aunque hablando de literalidades y de ser puntilloso, no me he despertado, no he dormido, y como es usual, mientras observo lo fascinante que es el techo, me hago preguntas. Eso, que qué coño hago con mi vida. ¿Estaré aún vivo a los 30? A saber, me he dicho, y ese pensamiento me ha hecho sonreír. ¿Por qué? Abro mi local a diario, a las 9 de la mañana, y a base de cafeína y observación, indago en las vidas que me rodean, en todos esos prototipos del mismo pan de molde con sus ajetreadas vidas, sus estresantes trabajos y sus crisis temporales. Y yo sonrío, porque soy un maestro zen; sonrío porque soy el anti-héroe que salvaría a la humanidad si no le diese pereza; sonrío porque no soy nada en absoluto.

Miro por la ventana. Hermosa mañana."

jueves, 7 de octubre de 2010

We're all mad here. I'm mad. You're mad.


Shit goddamn, I have fucking 4 hours of sleep left. Fuck off.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Maelstrom


“Deambulo, por el camino tibio de la muerte, con el reflejo de mi ausencia sujeto en mi mano, y en mis labios, la marca de un beso de sabor a medianoche que surca la pendiente de mi alma, en busca de sus restos.”

jueves, 23 de septiembre de 2010

I said well

Cállate la boca y bésame. Me interesa una puta basura lo que sea que tengas que decirme.

Me just happy robot


Segunda parte de mis excentricidades oscuras que no vienen a cuento pero cuelgo de todos modos porque me sale de la clesca y blablabla; pastando que es gerundio ._.

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Palabras que llegan a mis oídos, armadas con punzantes puñales al rojo vivo, que jamás podrán herirme. Habla, sombra infame, y después, continua hablando. No existe tu rostro, no existe nada de ti que pueda llegar a mí. Ni siquiera te miro, ni deseo hacerlo. Desaparece, esfúmate como una vulgar polvareda, tendréis la misma falta de importancia para mí. Y yo, que miro los lirios sin poder dejar de mirarlos. Yo, yo, yo, ¿qué ocurre conmigo? Estoy solo, ¿por qué? ¿Qué me falta? He perdido algo que desconozco y a mi alrededor, la Nada.

Solo sombras.
La sombra infame termina de hablar.

Vil niño.
Insolente.
Indigno.
Patético.
Amargado.
Corazón pútrido.
Repulsivo.

Mundo, os presento al Hombre Solitario.
Hombre Solitario, este es el Mundo, en el cual los ángeles vengadores juzgarán tus acciones.

Me río. No recuerdo haberlo hecho alguna vez. Pero me río, sin poder evitarlo. Suena escalofriante.

No puedes juzgarme, no aunque ese sea el más oscuro deseo oculto entre tus putrefactas entrañas. Nadie puede. Ni tú, y menos tu Dios. Ninguno sois nada, solo la mierda que se niega a morir. Aquí y ahora, la sombra infame se cree con poder de juzgarme a mí y a mis acciones. La Voz ha podido despertar mis demonios, pero a partir de eso, sus palabras son en vano, no cobran sentido en mi cabeza. No me importa lo que diga, no me importa en absoluto.

Han cesado las Campanas.

Desaparece, pero yo no me muevo. No sé ordenar a mis piernas que caminen, no sé ordenar a mis ojos que miren a otro lado. Perdido en mi propia mente, ya ni siquiera recuerdo quién soy, ni porqué siento una obsesión enfermiza que desconozco pero me carcome. No sé nada, no reconozco nada.

Salvo estos lirios blancos, ante los cuales no me acuerdo de dejar de mirarlos.

Los toco, y mis ojos miran primero la mano, y después la flor. Siento cosas que desconozco, y algo en mí querría enfadarse, pero no puede. Querría saber porqué todo son sombras, menos ella. Lirio, contéstame.

Y de repente, una voz infernal, entonando el Cántico de la Muerte.

¿Muerte, de verdad eres tú? ¿Has venido a por mí? ¿Ha llegado el día del cuál renegué y que siempre he deseado? Yo, la Existencia Olvidada, lo acepto. Acepto caminar mirando al frente, hasta el fin de mi camino. El Cántico cesa, y la Muerte desaparece. Mi corredor de la muerte particular me espera a mi derecha, pero no será Luz lo que haya al final. Simplemente, Nada.

Cojo un único lirio entre mis manos.

-¿Eres tú mi razón para morir?-

Mi pregunta jamás obtendrá respuesta, pero ya nada importa. El Descanso me espera. Mis primeros pasos a lo largo del corredor de la muerte comienzan. Mi mano abraza en lirio.

-Así sea.

Y ahora, mientras camino hacia mi fin con la frente alta y sin ningún tipo de dudas ni remordimientos, me veo entonando el Cántico yo mismo, y mi propia voz suena como sacada del mismo Infierno.
Camino en la oscuridad en busca de la nada, y a mi alrededor, trascurre el Tiempo, sin afectarme.

Camino, camino, sin llegar nunca a ninguna parte, y huyo, de las sombras, de la Luz. Quizás soy un Monstruo sin saberlo, pues algo en mí me impulsa a no ser visto, por nada ni nadie. O quizás solo sea el Cáncer encarcelado. Moriré sin saberlo, pero seamos sinceros; con morir me basta.
A veces, mientras me escondo de la Luz, el Cántico atrae sombras. Vienen a mí, vienen a por la Muerte, que yace en mi mano desnuda, y entonces, mi Lirio se tiñe de escarlata, indicando a las sombras su fin del camino. Uno distinto al mío. Mi fin es solo mío.

Siempre creo llegar, pero jamás lo hago. Busco un punto negro en la penumbra pero no sé hallarlo. He aquí el humor macabro de la Muerte.

¿Cuánto tiempo ha pasado? No lo sé. El Fin sigue sin llegar, y a veces creo que la Luz me llama. Alguien me llama, en alguna parte, pero nunca llego a oírlo del todo. Hasta que hallo un desvío en mi corredor de la muerte, y mis piernas deciden dirigirse hacia él. No sé a dónde conduce, pero creo que quiero saberlo.

Nada.
Nada.
Más Nada.

Y en un momento, de repente, Luz. Sin sombras. Solo Luz.
Doy un paso hacia ella. Otro. Otro. Otro.

Y recibo mi golpe. El Lirio cae. Y yo vuelo, para rozar el Inframundo con los dedos, y volver a caer.
Mundo, este es el Hombre Solitario, y te dice adiós.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Un café. Doble. Cargado.


Ovejas, ovejas y más ovejas, en los pastos, en las montañas, en los arroyos estrechos de Jerusalén, ovejas por doquier, oh, esos animales peludos, feos y más tontos que barrer la playa, los imagino dando saltitos, chocándose contra vallas, pero no, esos animales feos, peludos y tontos NO CONSIGUEN QUE ME DUERMA. ¡Reina de todas las religiones del culto de los durmientes, oh Valium, yo te invoco!

Tic tac tic tac.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

You got a killer scene there, man


Hola, soy una incongruencia. No me lo toméis en cuenta, ni soy siniestra, ni emo, ni tengo la cara parcialmente oculta o deseos de sacrificar pollos y demás seres bípedos o cuatrípedos o cuantas patas quieran tener. Así pues, pido respeto y decencia mientras me dispongo a comer mi estupenda ensalada de tomate :)

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Estoy solo. Todos los seres que existen en el mundo mueren solos.

Ve, destroza el mundo que tanto detestas, me dice la Voz. La miro. No sé quién es. Una sombra. Todos lo son, y los detesto a todos tanto como me detesto a mí mismo. La Muerte es su tragedia y en cambio, la mía es no morir. ¿Quién eres y por qué he de destruir todo aquello que odie? No eres nada, sino portadora de una voz que despierta mis demonios. Hambrientos, sedientos, con el Caos grabado en sus lenguas de fuego. Sombra infame, existencia infecta, dime que destruya. He olvidado la palabra no. Me pierdo a mí mismo, y soy libre.

Ya no la miro. Ahora que ya la he visto, no quiero volver a verla. Doy un paso. El sinfín continúa y me deleito escuchando las campanas del Juicio Final. Doy otro paso. El tiempo se congela tanto que siento que pasen años en un solo segundo. Veo más sombras. Mortales. Antes compartíamos el mismo fin del camino. ¿Ahora? Donde otros perezcan, yo seguiré caminando. Doy otro paso.
Y otro.
Y otro.

Luces, muchas luces.

Cierro los ojos y todas las vidas a mi alrededor laten en mis oídos. Esta noche el Monstruo se quita la máscara y no tiene intenciones de agradar a nadie. Esta noche el mundo será servido en vajilla de plata y todos sucumbirán ante jurisdicciones absurdas. Más sombras. La Voz vuelve a resonar en mi cabeza.
Otro paso.

Luces, campanas.

Cruzo la carretera, sin que los sonidos de los frenazos bruscos y las estruendosas bocinas sean tema de mi incumbencia. Mis Demonios se impacientan y aceleran mis pasos. En pocos minutos, a mí alrededor hay un parque, y las sombras están frente a mí. Me miran y yo las miro, pero no las veo. Veo rabia, veo desidia, que, cogidas de la mano se infiltran en mi médula y me ordenan rotundamente que me libere por fin.

Golpeo.

Una de las tantas sombras que ante mí se alzaba sale disparada unos metros y cae contra el suelo. No oigo sus gritos aunque resuenen molestamente en mis oídos, no me importa su dolor. Vuelvo a golpear y el resto de sombras tratan de abalanzarse sobre mí. No pueden, y me da asco que me toquen. Golpeo de nuevo, sin importar cual de todos estos seres inmundos se lleva el golpe. Es indiferente.

Gritos. Luces. Campanas.

Respiro hondo y huelo a Caos. Me agrada, y me llena de rabia no ser comprendido. Golpeo otra vez. Destrozo rostros que suplican una clemencia que mis oídos no alcanzan, claman palabras que fueron tachadas de mi vocabulario. Siento mi cara cubierta de sangre. Y mis manos,que ya ni manos son. Pronto, las sombras dejan de moverse y se quedan en el suelo, inertes. Pero no importa. El Monstruo se regodea en el altar de la indiferencia.

Sigo caminando, y esta vez, ninguna sombra se acerca. Todas huyen. ¿Por qué? Miedo, otra de las tragedias de la humanidad.

Gritos. Bocinas.

Sigo mi camino, a ciegas, obedeciendo a voces infernales. Destruyendo todo aquello que detesto. Todo aquello que alguna vez hubiera amado. Porque ya no hay vuelta atrás. Doy otro paso y, sin cerrar los ojos creo soñar con quemar el telón de la función de mi vida con un bidón de gasolina entre mis manos.

Luces. Sirenas. Campanas.

Unos focos entorpecen mi camino y una sombras me hablan. No las escucho, hasta que una de ellas, repugnante, pronuncia el nombre que porto.

Yo. I. Je. Ich. Watashi.

Mis manos, manchadas de sangre, rebuscan en la chaqueta y disparan la pistola contra el infame que ha osado a dirigirse a mí. Ahora mis pies ya no caminan. Corren. Tan rápido que si poseyese venas, explotarían. Si tuviese corazón, se desintegraría. Pero nada de eso ocurre. Sigo corriendo, huyendo de las luces, de los gritos, de la vida. Nadie puede dar conmigo. Ahora no. Llego al pulmón de la ciudad, lejos de todo aquello que odio excepto de mí mismo. Sumirme en el vacío es todo lo que quiero. La oscuridad se cierne sobre mí y los árboles apenas dejan filtrar la luz. Continúan mis pasos en busca de la Nada, pero no es ella la causante de que me detenga en seco.

Frente a mí, destacando entre el resto de la vegetación que me rodea, lirios.

Lirios blancos.

De repente, mis obsesiones con el vacío parecen difuminarse y extiendo la mano para tocar la flor. Lirio, dime ahora porqué si soy capaz de destruir todo aquello que toco, no puedo destruirte a ti. Aquí, desde la oscuridad, encerrado en el Templo de los Sincorazón y celoso de cada latido que oigo... Te pido que me contestes.
Recibo respuestas indeseadas. La sombra infame ha seguido mis pasos. No la veo, mas no importa. No quiero volver a verla. Quiero sepultarla bajo ríos de lava. Quiero que vea el Fondo.

Tócalo.
Sumérgete.

Lirios. Lirios blancos. Sigo mirándolos. Sigo esperando mi respuesta.

No hay futuro. Estoy solo.

jueves, 24 de junio de 2010

Just me and my dead end friends again


“Oh, la esperanza. Arma de humanos y de débiles, la cual deja desolado a su portador al perderla. ¿Qué esconde ese sentimiento en su interior? ¿Qué producía en uno esa sensación ya tan olvidada en mí? Querer vivir un día más, desear despertar de nuevo por la mañana con los rayos de sol sobre el rostro y abrirlos lentamente, molestos por la luz. La esperanza siempre causó que el ser humano temiese a la Muerte. ¿Quién les dice que ella, temible y letal, no vendrá en su busca, ignorando su verdadera hora? Ella no entiende de horas ni de reglas, injusticias o desgracias. Acude a ti, sin vuelta atrás, y nada importa lo que uno deje tras de sí. Y a causa de este temor, a causa de la esperanza, el ser humano vive una vida basada en el miedo, forman un gran grupo denominado “sociedad” y distraen a multitudes con cosas absurdas que yo no comprendo. La evolución perdió su rumbo cuando el ser humano descubrió la muerte y temió por su vida. Vidas que se acaban a cada minuto y que hoy día se intentan prolongar lo más posible. Decidme, ¿a qué os sabe vuestra vida? ¿Os parece sublime la imperfección? ¿Sentís que vuestra vida es vuestra, y no de un prototipo socialmente aceptable que ni siquiera conocéis? Gritad vuestro nombre en una calle atestada, reclamad la vida que queráis por muy inalcanzable que parezca. Vuestra vida es vuestra, no de un grupo absurdo. Sed libres, moriréis de todos modos.”

lunes, 31 de mayo de 2010

The Outsider


“Un extraño sueño asoló una vez mis noches en vela. Era yo solamente un hombre, perdido en la inmensidad del mar, en busca de una isla que no dejaba de acuciarme en sueños. Aquella, la que se ve de lejos, decía yo en tono grave, con una luz encendiéndose en mis ojos tras nombrarte a ti, al oro de tus playas. Incluso acontecía, que enemigos feroces a punto de lanzarse y destrozar mis huesos, refrenaban sus instintos al oír tu nombre, clamando y balbuceando sobre leyendas que contaban que llegaría un forastero, errabundo y oscuro que encontraría el rumbo a esas playas lejanas.
Quizás todos llevamos una isla en el alma, un medallón pulido con señales de un sueño que, roto y carcomido por la sal de los años, conserva los latidos de pasados anhelos. Y yo, un solitario marinero que entregó su vida, su palabra y su calma para ir en busca de su isla, que erró por los mares arrastrando naufragios, que asoló ciudades por venganzas ajenas y mintió hasta hacerse célebre en el engaño, desdeñando amores que le negaban su reposo. Llegué a tocar sus orillas, en mi sueño, y recuerdo que la calidez de la arena me reconfortaba y curaba las heridas de un corazón desvencijado por la salitre. Pero vientos contrarios me alejaron de nuevo de su vela. Y estaba viejo, cansado, temeroso. Y seguía viéndola a lo lejos.”

lunes, 17 de mayo de 2010

Mum, there's a monster under my bed!


Feliz de la vida, mientras pienso en la sutil y lozana vida de un guisante.

miércoles, 5 de mayo de 2010

God is in the radio


“Buenas noches a todos, cabrones hijos de puta. Hoy me vais a acompañar durante mi ruta nocturna por el Bronx (y no os queda otra que apechugar y aguantar mis malos humos). Aquí me veis, recorriendo las calles en busca de los miserables de siempre. ¿Por qué nos gusta rodearnos de desgraciados? Nos sube el ánimo y la autoestima. ¿Qué por qué? Siempre habrá alguien más desgraciado que uno mismo, y eso nos gusta. Nos jactamos de las desgracias ajenas, somos incapaces de alegrarnos por los demás, porque somos así de podidamente egoístas. Nos motiva pisar la felicidad de los demás, y esosolo remarca nuestra incapacidad de ser felices. ¿Qué hacemos entonces? Juntarnos en alguna mugrienta acera y olvidar nuestros problemas a base de drogas. Siempre me divierte cómo pintan los medios dichas substancias. No hay fumadores ni bebedores que sean considerados parias sociales. Nosotros sí. ¿Por qué? Es legal y no hay vuelta de tuerca. El drogarnos nos hace delincuentes, al parecer, y tenemos a todo un maravilloso sistema en nuestra busca y captura. ¿Ayudas? ¡Para qué! No, mejor encerrémosles entre barrotes como a bestias y que se maten entre ellos, pongamos a unos cuantos gorilas vigilándoles y que les den un par de palizas cuando se aburran. Me pregunto yo con asiduidad si somos nosotros las bestias, cuando lo único que hacemos es pagar al sistema con su misma moneda. Quieren encerrar a personas por el simple hecho de autodestruirse (dulcemente, he de añadir), pero en realidad eso es exactamente lo que quieren. Pretenden mantener nuestro pasotismo, desean que enterremos la cabeza en una palangana llena de whiskie, que nos quedemos medio lerdos por unas rayas de más. No quieren que pensemos. ¿Y sabéis por qué? Porque si lo hiciésemos aunque fuese un poco, todos acabaríamos por sublevarnos, nos levantaríamos en unión contra este sistema de mierda y haríamos enloquecer a la nación. Pero claro... Si no pensamos, no hay revolución. Y por eso estoy aquí, como siempre, en el barrio de siempre en busca de la esquina de siempre para tratar de olvidar el asco que me produce todo esto.”

A song for the deaf


“Oh, la vida. Hermoso regalo, lo llaman. Puede que también don de Dios. ¿Qué diría yo, como simple individuo? Diría unas cuantas cosas. Para empezar que Dios no tuvo muy buen gusto con las vidas de tres cuartas partes del mundo. Más de medio planeta lleno de basura y lo llaman hermoso. Sí. Hermosísimo. No somos nadie y nadie es uno mismo. Todos son fabricados por el mismo molde y ni siquiera se dan cuenta. Vayan a la universidad, cómprense ese coche, cásense, usen tal champú y tal perfume, ganen dinero y gástenlo en nimiedades que no necesiten, pero sobretodo, alimenten al sistema de la opresión. Quien les controla, les dice quienes son, cómo vestir y las decisiones a tomar. Tan solo ovejas dentro de un enorme cerco espinoso. Y la pregunta del millón... ¿Hay alguien ahí afuera? Oh, definitivamente.

Y somos llamados locos.”

jueves, 22 de abril de 2010

Give them a taste of my misfit love


“Hoy, niños, os daré una sencilla clase sobre la repercusión tan poco enrevesada que conlleva que yo posea una bandejita de plata para ponerme fino a base de mierda que me refresca la nariz. Sabido es que detalles como este hacen que te tachen de presuntuoso, chulito, prepotente o demás adjetivos igual de agradables. Nadie, al parecer, observa dicho detalle como la más grande de las ironías de mi vida. ¿Qué simboliza mi pequeña pijada de plata? Respuesta fácil, niños. La simple acción de utilizarla y además unida a un perfectamente enroscado billete de quinientos es una estupenda y divertida metáfora que representa el dinero (que hoy me he levantado poético, vaya). No es esta vida la que consume mi cerebro, la que abotarga mi mente. No es este tipo de vida lo que me está matando. El dinero. La sociedad. Esos dos entes serán mi perdición y mis más despiadados verdugos en este mundo de locos. Y mientras continua la cuenta atrás, el artista de los bajos fondos se pierde en cavilaciones sobre la pasada gloria de su propia sombra.”

miércoles, 21 de abril de 2010

Song with no name, man with no nation


“¿Quién soy? ¿Acaso importó alguna vez? Nada queda y nada persigo salvo a mí mismo, la sombra que me guía y que se densifica tras mis ciegos pasos. Tengo un nombre y sigo sin ser nadie, mera existencia con una mente llena de sueños rotos que derivan en la oscuridad de la intemperie y anhelan el reposo sin hallar posada. Soy nada y soy yo mismo, soy ese otro, el que te espera, el que no termina de nacer, el nonato que finge estar aquí y aquel que sueña con ser el sueño de alguna pobre existencia. Soy el asesino y el amante, el ladrón y el que dona sin esperar nada, el desesperado que desea no desear nada más que la desidia e ignora los ciegos soles de toda aurora ausente. Espíritu libre encadenado por las sogas de un destino caprichoso que se jacta de tenerlo a su merced. Ya sin lugar ni mundo, a la sombra que jamás da conmigo espero, muriéndome de frío en el averno, soñando con recuerdos que nunca tuve. Ave de algún paraíso extraño, veneno de una cobra que paraliza y mata, yo soy esto. Y aquí me quedo.”

martes, 30 de marzo de 2010

You think I ain't worth a dollar but I feel like a millionaire


”Y sigue nuestro paseo a lo largo de los honrados locales de un aún más honrado barrio. ¿Qué se puede ver desde fuera? ¿Qué es lo que los cerebros de todos los hombres que pisan estos lugares asimilan? Poca ostia, diría yo sin pudor alguno. Ven sexo fácil. Y punto. Aquí a nadie le importa que algún hijo de puta de turno tenga que dormir en la calle, a nadie le impide el sueño todas esas prostitutas sin pasaporte y con un futuro ya harto perdido, nadie se escandaliza si aparece un fiambre en un callejón sucio con las venas petadas de mierda barata ni tampoco se extraña nadie que haya padres que peguen a sus hijos. Nadie se preocupa, ni nosotros, ni ellos. ¿Pero qué es lo que tenemos en común? ¿Qué es lo que todos buscamos y nadie podrá negármelo? Algo tan simple como el dinero. Ellos quieren, nosotros queremos. Matamos por trozos de papel. ¿Penoso? Por supuesto que es penoso. Y me importa cuatro cojones.”

viernes, 26 de marzo de 2010

A day early and a dollar extra


"Nueva York. La ciudad que nunca duerme. La ciudad que debe de tener un sueño tremendo, en realidad. Pobrecita ella. Cuna de todo tipo de personas. Y cuando uno dice de todo tipo, no existe la palabra “casi”. Todo es todo. Como esa frase sobradamente conocida, nada es seguro y todo es posible. ¿Pero qué es lo que adora nuestro público no convencional? Sí, habéis leído bien. Esto no es ni para los sensibles de corazón, ni de estómago tampoco, supongo. Realidad, únicamente. No es una película ni un cuento de hadas, de modo que es aconsejable que nadie esté esperando alguna mariconada tal como un final feliz. Ni dramas románticos ni planes de futuro. Una vida. Un hombre. ¿Esperanza de éxito? Básicamente nula. ¿Único plan? No planear absolutamente nada. Una existencia que escapa de la normalidad establecida, que escupe a la sociedad ridiculizando la rebeldía adolescente y ataca con descaro a las normas sociales. Un espíritu desarraigado que no encuentra sitio alguno al que pertenecer. ¿Cuál es el precio a pagar por hacerle frente al mundo? ¿Ha sacrificado nuestro hombre su vida por unos ideales que oculta bajo una coraza, o simplemente es odio lo que le corroe por dentro? ¿Por qué desea estar solo? Eso, por suerte o por desgracia, solo él lo sabe."

jueves, 11 de marzo de 2010

Teardrops on the fire


“Instantes efímeros que nos hacen hablar años, soledades alegres, cánticos huecos que nos hacen llorar, espirales en el tiempo donde desearíamos perdernos, pensamientos confusos que inexplicablemente llenan la mente de uno de significado. ¡Cuán tan eterno convierte la música a un solo segundo del tiempo, de qué manera y con qué poder detiene los corazones y hace volar nuestra mente! ¡Desdichados aquellos pobres de espíritu que no conozcan ni el trance ni la belleza! Un réquiem que enriquece las almas fluye por mis venas, soy el artista que se oculta hallá donde no puedan encontrarlo, soy aquel que persigue instantes que mueren."

martes, 9 de marzo de 2010

I think I lost my headache


”Aplaudamos la falsedad y el arte del mentir de este humilde caballero. En serio, un hurra por ti, chavalote. ¿Encantado? ¿Tú qué me ves, cara de pez globo? ¿De cantinfla? ¿De huérfano apesadumbrado? Hijo mío. Como si me fuera a morir por no caerte bien. A mí no me caes bien. Eres un borde, sí, pero uno engreído, malhumorado y amargado. Y tienes cara de homosexual reprimido. En fin, si te sirve de consuelo, siempre puedes comprarte zanahorias (o calabacines, si lo prefieres). No esperes una buena cara ni un “igualmente” por mi parte. Es que fingir se me da asombrosamente mal.”

Motherfuckers are so nice

“¿Qué es el arte sino lo indefinible? ¿Qué es la decadencia sin ciclos vitales? ¿Será arañarse las entrañas hasta sangrar? ¿Quién escribe palabras lanzadas al viento y sueños de mundos sumidos en la niebla? ¡Cuál es, cuál es el verdadero nombre de la inspiración que alimenta mis pesadillas sin opio! Os he amado a todos y no amo a nadie, y no pretendo ser comprendido. Me arde el pecho y aún ignoro qué me has hecho. Eres el veneno que cría a las serpientes y me arrastro por tierra en pos tuyo. Y yo soy escritura sacada del fuego, y le canto al Demonio y a su ejército de las sombras. No hay vida ni nacimiento sin lujuria, no hay pecado ni muerte sin sufrimiento. ¿Y sabéis qué os digo? Me revuelco entre el fango del pecado y en la suciedad de la inmundicia. Comeré del árbol del Edén hasta desfallecer.”

domingo, 7 de marzo de 2010

Narcissism, Vanity, Hedonism


”Lo sucio nos llama a gritos. Amamos abrazar a la inmundicia y nos enloquece que la locura nos ame a nosotros, a su vez, mientras es dueña de nuestro cuerpo. Nos hierve la sangre en nombre de la lascivia, quemamos pieles ajenas en un torrente de caricias en honor a la lujuria. Nos revolcamos entre el fango de los pecados capitales y eso nos encanta como a nadie. El vicio nos desvive y nos encierra en una espiral de obscenidad llena de deseos salvajes y de fantasías maquiavélicas y ardientes. ¿Quién es quien dirige mi mano y da forma a estos gritos que retumban en las paredes? Siempre amé a la locura y ella a mí, pero temo que esta vez haya sido desatada por alguien con más intensidad de lo habitual. Y yo espero ansioso a que el placer me siga golpeando hasta dejarme maltrecho. Soy el fiero amante del caos en espera de su propia destrucción.”